CÓMO AYUDAR AL ADOLESCENTE QUE NO QUIERE ESTUDIAR

• Quitarle absolutamente todos los privilegios que tiene. Los conseguirá solamente cuando cumpla con su responsabilidad.
• Se deben marcar objetivos claros, fijos y razonables; por ejemplo, puede comer, echarse un rato a descansar y después cumplir dos o tres horas de estudio con sus correspondientes descansos de 10 minutos por cada hora estudiada. Si empieza a las 5 de la tarde, a las 7 y media podrá disfrutar de sus privilegios como el móvil, la consola, fútbol, salir…
• Descubrir e investigar sobre sus intereses, aficiones o gustos y proporcionárselos en la medida de lo posible. Si le gusta jugar al fútbol, ir al gimnasio, dibujar… Tenemos la obligación de ayudar a los chicos y chicas a conquistar sus ilusiones y aquello que les llena y les hace felices. Incluso a veces es bueno movernos más allá de una simple conversación y desplazarnos hasta el lugar donde podría estudiar o trabajar en un futuro, pidiendo los pertinentes permisos y ayuda profesional que le orienten y le muestren lo que podrá hacer si consigue superar la ESO y el Bachiller.
• Hacer trabajar a los niños de una manera más física y de manera progresiva para que conozcan el trabajo duro, a los que a veces suelen acceder las personas que no tienen formación y que por ello, no pueden trabajar en puestos mejores. Desde el sofá, los adolescentes no comprenden a qué nos referimos cuando hablamos de su futuro y de lo que les espera, deben conocerlo por ellos mismos. Pueden ir al campo con algún adulto y conocer cómo se trabaja en esas condiciones.

Todo esto supone un esfuerzo y constancia agotadora por parte de los padres, pero cuando el niño o niña pierde el interés sólo nos queda esto.

Desde mi punto de vista, el Sistema educativo actual es un auténtico fracaso porque lleva a cabo métodos arcaicos que no tienen nada que ver con esta nueva era digital que necesita personas creativas e ingeniosas.